En mi experiencia, me apoyó a conocerme más profundamente, a través de un proceso amoroso y cuidadoso donde reconecté con mi propósito como educador. Amparado en lo que nombré anteriormente es que cada día busco desarrollar mi mejor versión y de esa forma quiero contagiar a que cada uno de mis alumnos busque la suya para descubrir y desarrollar todo su potencial…»

Porque además del conocimiento técnico y general que se requiere para educar, los docentes necesitamos herramientas de autoconocimiento, que nos permitan hacernos responsables de nuestros procesos para que seamos capaces de apoyar sensible y respetuosamente los seres humanos que llegan a nuestras aulas.”

“La comunicación clara, cuando me aseguro de qu se entendió lo que espero en cada situación, también cuando verbalizamos las pautas para que tengamos un marco de trabajo, el valor de mi palabra, en los compromisos que asumo con mis estudiantes, ya sea en plazos, en horarios, en acuerdos para el curso. El saber que mi rol no me define y que no necesito ser más que quien soy, que quien soy es importante y suficiente, saber que está bien mostrar al ser humano que vive en mí y que eso fortalece el vínculo con los estudiantes, profundizando la empatía y la confianza.»